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¿y si las mujeres dijeran que no?
Lo sabemos: El "estudio" interminable sobre el tema de la mujer es una táctica dilatoria patriarcal desarrollada por hombres ordenados para mantener el statu quo.
Los hombres ordenados deciden los parámetros y el ritmo de la sinodalidad, y cuándo es el momento "maduro" para los ministerios femeninos. Y lo hacen a un coste incalculable. La Iglesia ha perdido generaciones de mujeres que soportaron el dolor y la humillación de tener que demostrar la validez de su vocación.
Las mujeres son el alma de la Iglesia: Dirigimos y coordinamos la inmensa mayoría de los ministerios parroquiales de todo el mundo, y ejercemos de diáconos y sacerdotes en todo menos en el nombre en lugares donde escasea el clero. Las mujeres fueron protagonistas en el camino sinodal. Las mujeres fueron las primeras en predicar la Buena Nueva. Y así sucesivamente.
Ya no esperaremos a que los hombres ordenados decidan queha llegado el momento.
Hacemos un llamamiento a las mujeres de la iglesia para que se unan a la Conferencia de Mujeres para la Ordenación en la huelga contra el sexismo, reteniendo tiempo, trabajo y recursos financieros de la iglesia durante la Cuaresma de 2025.
Creemos que ha llegado el momento de exigir lo que es justo, y por eso lanzamos la Huelga de Mujeres Católicas, un esfuerzo global para romper el statu quo. En lugar de esperar un "sí" papal, lanzamos nuestro "no" a los sistemas de misoginia, sexismo y patriarcado que pretenden detener al Espíritu Santo.
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nuestro objetivo
Nuestro objetivo es claro: Eliminar todas las barreras al ministerio y al gobierno -incluidas las Órdenes Sagradas- para las mujeres y las personas de todos los sexos.
impacto
Contra todo pronóstico, las mujeres siguen siendo el alma de la Iglesia. Dirigimos y coordinamos la inmensa mayoría de los ministerios parroquiales de todo el mundo, y ejercemos de diáconos y sacerdotes en todo menos en el nombre en lugares donde escasean los sacerdotes. Sin nuestra presencia, se dejaría de hacer un trabajo vital y los bancos estarían vacíos. A pesar de nuestro papel esencial, se nos excluye de todo liderazgo y toma de decisiones significativos, incluido el liderazgo sacramental a través del ministerio ordenado.
Nuestra huelga responderá a una sencilla pregunta: "¿Qué pasaría si las mujeres dijeran no?" En lugar de esperar un "sí" papal, emitimos nuestro "no" a los sistemas de misoginia, sexismo y patriarcado que pretenden detener al Espíritu Santo. Y al hacerlo, mostraremos a la institución lo vitales que son las mujeres para su supervivencia -demasiado vitales para seguir acaparando poder y negando la llamada de Dios sobre la base del género.